Que desilusión Sr. González, qué decepción más grande.
Pensar que durante tantos años, tantas miles de personas como yo, alrededor de once millones de votantes del PSOE, habíamos confiado en usted tragando ruedas de molino con sus bonitas promesas de cambio. El cambio que anunciaban lo hizo su gobierno, lo hicieron ustedes y no su política. Nos prometieron un cambio que nunca llegó.
Ustedes y muchos de ustedes siguen diciendo que son socialistas, pero muchos como yo ya sabemos que son: socios y muy listos. En las pocas ocasiones que he tenido, he preguntado al que ahora es el líder del PSC “¿qué han hecho con el partido?”. La respuesta: “¡algo mal habremos hecho!”. No Sr. González, algo no, ¡todo! Porque el socialismo no es lo que ustedes practican. Todavía recuerdo cuando Alfonso Guerra utilizó en 1988 un avión ‘Mystère’ de las fuerzas aéreas para regresar de vacaciones porque, según él, “había caravana”.
Era por entonces cuando el Supremo absolvió a Juan Guerra del uso del despacho en la Delegación del Gobierno en Sevilla donde hacia sus negocios mientras Antonio Guerra chuleaba de hacer lo que le daba la gana porque era hermano del vicepresidente del gobierno. ¿Hablamos de Roldán? ¿O de cuando fue a despedir a sus amigos a las puertas de la cárcel Vera y Barrionuevo, de todos los trapos sucios que se lavaron para salvaguardarlo a usted? Muy bien lavados por cierto. ¿Sabe cuál es el problema¿ Los españoles no son tan tontos como a ustedes les gustaría. Ya no engañan a nadie salvo a cuatro ingenuos que todavía insisten en ver un cambio y morirán sin verlo en España, pero le aseguro que lo verán en Catalunya.
Ya no somos socialistas porque usted nos engañó, y porque los que vinieron detrás de usted también. Ahora son hasta capaces de pactar con el PP con tal de que no se les acabe el chollo de Catalunya, incluso con aquel que le dijo “váyase Sr, González, váyase”. Eso mismo le decimos nosotros, los catalanes, váyase a disfrutar la fortuna que ha hecho con sus mentiras, disfrute de su mansión y su yate pero deje en paz a los catalanes, nosotros no les queremos.
Catalunya será lo que los catalanes quieran, porque nosotros solo aceptaremos democráticamente lo que digan las urnas.
Le aseguro que Catalunya será un país, una nación independiente, y le seguirán otros cuando demostremos que hay otras maneras, otras formas, de todos y para todos.
Váyase Sr. González, vayase y déjenos en paz!